PRONÓSTICO

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Es imposible predecir el curso de la EM con precisión para cualquier individuo, pues la EM es una enfermedad con una gran variabilidad. La búsqueda y definición de factores pronósticos de la EM ha suscitado, desde hace ya tiempo, mucho interés entre los investigadores. El objetivo primordial es conocer qué factores pueden prever la evolución clínica de los pacientes a fin de mejorar la información pronóstica y poder establecer lo antes posible terapias modificadoras de la evolución de la enfermedad.

Como principales factores pronósticos clínicos están el curso de la enfermedad en los primeros cinco años y el tipo de EM, es decir, si es remitente-recurrente o progresiva. La edad de inicio y el género también pueden ser indicadores del curso de la enfermedad a largo plazo. Algunos estudios han indicado que un inicio a una edad temprana y un curso en brotes implican un pronóstico más favorable. Otras investigaciones indican que un inicio tardío (más de 55 años de edad), particularmente en los hombres, puede indicar un curso progresivo de la enfermedad. Otros factores pronósticos son algunas características del primer brote de EM: número de sistemas funcionales afectados, clínica monosintomática o polisintomática, grado de discapacidad en la escala de Kurtzke tras el primer brote, duración del déficit y secuelas tras el primer brote.

También existen otros factores pronósticos: los bioquímicos y de neuroimagen, que pueden aportar datos sobre el pronóstico y evolución de la enfermedad.

En cualquier caso, son fundamentales las revisiones y visitas periódicas al neurólogo quien realizará un seguimiento de la evolución y podrá aconsejar sobre los tratamientos aplicables en cada fase del curso evolutivo.

¿Qué es un brote?

En la Esclerosis Múltiple se llama brote a la aparición de nuevos síntomas o agravación de los ya existentes debido a la aparición de placas de desmielinización o por el aumento de tamaño de estas placas.